“El regalo de recorrer el camino de la escucha profunda es que pasamos más momentos descansando en nuestra propia naturaleza, con atención plena, y algo menos centrados en el yo. Pasamos tiempo en un lugar donde nos encontramos abiertos, sensibles, despiertos.

Y para la otra persona, creamos una atmósfera de amor.

Escuchar, ofrecer nuestra presencia, es la expresión de amor más profunda. Es una invitación a la otra persona, que le hace sentir segura para abrirse y florecer, tal y como es. Cuando alguien nos escucha sin juicio, con esa sensibilidad y apertura, nos desplegamos en su presencia.”

“Escuchar es inclinarse un poquito hacia delante con una voluntad de descubrir, de aprender y de comprender mejor… y con una voluntad de poder ser cambiados por lo que nos disponemos a oír.”

La charla esta en inglés en diferentes plataformas: