el Arte de Vivir

Celebración del Día de Muertos: un arte vivo para honrar la transformación

La celebración del Día de Muertos es una de las fiestas más valiosas y profundas de México. Al ser mexicana y vivir fuera de mi tierra, siento una responsabilidad de transmitir a mi familia el valor de esta tradición.

En Casa Cuadrau, nos gusta compartir esta celebración con quienes nos visitan, ofreciendo otra forma de relacionarnos con la muerte: una forma más cercana, cotidiana y, sobre todo, como parte natural del ciclo de la vida y de la naturaleza de la que formamos parte.

Cada año ofrecemos un retiro especial de Día de Muertos, donde combinamos esta tradición con la práctica de yoga, meditación, el arte y la conexión con la naturaleza. Este año, aunque no podemos realizar el retiro presencial, queremos compartir contigo cómo celebrar esta tradición en tu hogar, en la intimidad, con los tuyos.

Este es un momento que tomamos en el año para honrar, por todo lo alto, a nuestros queridos difuntos —nuestros muertitos— y a nuestros ancestros, que viven en nuestros corazones y recuerdos.

La Naturaleza nos Invita a la Transformación

En este tiempo del año, el otoño, la naturaleza misma nos invita a conectar con la muerte o, más bien, con la transformación. Las hojas caen, los colores se intensifican antes del descanso de la tierra en el invierno. Ciclos terminan, para luego renacer.

Hay una frase zen que es una de nuestras favoritas y nos ha ayudado a transitar muchos duelos cercanos: «Una nube nunca muer. Tan aplicable a todo lo vivo, nos ayuda a mirar la muerte desde otra perspectiva: todo se transforma continua y constantemente.

Y la celebración de nuestros muertitos es para recordar su esencia, sus historias, sus enseñanzas y cualidades. Para agradecer por lo que vivieron, por lo que nos enseñaron y nos dejaron, de manera consciente o inconsciente.

Si nosotros no hacemos espacio para honrar sus vidas, ¿quién lo hará?

Cantos y Flores según los Toltecas

Podemos honrar sus vidas con un altar y una celebración, pero también —y esto es fundamental— debemos honrarlos con nuestra vida misma: con nuestras palabras (cantos) y nuestras acciones (flores).

Somos la prolongación de sus historias, de sus genes, de sus enseñanzas.

¿Qué quieres dejar en el mundo? ¿Cómo quieres que te recuerden?

Según los toltecas, lo más valioso que dejamos en esta vida son nuestros cantos y nuestras flores. Nuestros ancestros de sangre y nuestros ancestros espirituales nos han dejado muchos cantos y flores, y a su vez nosotros los dejaremos a las generaciones futuras.

Todo esto, aceptando con compasión que nuestros ancestros han hecho lo mejor que han podido en las circunstancias en las que estaban.

Crea tu ofrenda como un acto creativo y sagrado

¿Te animas a hacer una ofrenda a tus queridos difuntos y ancestros?

Es una oportunidad para conectar, sanar o completar la relación con quienes ya no están en este plano. Un espacio sagrado para recordar sus «flores» (acciones), celebrarles, perdonarles, pedirles disculpas por los errores que cometimos cuando estaban vivos… o simplemente nutrir tu vínculo con tus ancestros o queridos difuntos.

Una ofrenda puede ser tan sencilla o compleja como tú elijas hacerla. Es un acto creativo, personal o familiar e íntimo.

Arte con los Cuatro Elementos:

La ofrenda tradicional es como «una obra de arte» muy viva que integra los cuatro elementos de la naturaleza:

VIENTO – El papel picado de colores, que danza con la brisa que entra por la ventana. Puedes crearlo tú mismo como un acto meditativo, o poner «papel de china» o de «papel de seda»

FUEGO – Las velas que iluminan el camino de regreso. Su luz nos recuerda la transformación constante, la sabiduría, las enseñanzas que nos dejaron.

AGUA – Un vaso de agua fresca y sus bebidas favoritas. El agua purifica y renueva.

TIERRA – La fruta y comida que les gustaba, las semillas y las flores. Todo lo que la tierra nos ofrece y vuelve a ella.

El ritual

El camino al Mictlán: Al finalizar tu ofrenda, puedes crear un camino de flores o pétalos hacia el norte, orientado al Mictlán (el lugar eterno de reposo en la cosmología mexica/ tolteca). Este acto de crear belleza con elementos naturales es en una meditación activa.

Tu ofrecimiento: Una vez que tengas tu ofrenda lista, te invito a tomar un tiempo para, desde el silencio, encender las velas. En ese acto consciente, ofrece esa luz con gratitud por lo que representan en tu vida y la herencia que te dejaron.

Te invitamos a compartir este momento sola, en familia o comunidad. Puedes sentarte frente a tu altar en silencio, sola o con tu familia, respirar profundo, y permitir que los recuerdos fluyan. Observar cómo llegan y se van. Sentir a tus ancestros (de sangre y espirituales) cerca, detrás de ti, cómo te sostienen, con todo el andar que hicieron para que hoy tu estuvieras aquí.

El humor como medicina

En la tradición mexicana, el papel picado muchas veces representaba hazañas graciosas y divertidas de los muertitos.

Así que te invitamos también a recordar esos momentos graciosos, las anécdotas bien grabadas en tu memoria que te sacan una sonrisa. La muerte, en la tradición mexicana, no es solo luto y tristeza, también es celebración y alegría por lo vivido, por lo transmitido, por lo aprendido.

Ríe, cántales, baila, cuenta sus historias. Esto también es honrar.

Cuéntanos o envíanos fotos de tu ofrenda.

¡Qué esta ofrenda sea un ofrecimiento honesto y amoroso que eleve tu espíritu y te conecte de manera consciente con la red de la vida, LA NATURALEZA, de la que todos somos parte!

Un abrazo,
Katya

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